Este libro me llamó la atención
en un principio por la portada y la sinopsis, y sobre todo por las reseñas que
tenía, ya que hay muchas que son absolutamente positivas y otras en extremo
negativas, y es que este es un libro que causa controversia, no por el tema que
trata, sino por el cómo está tratado.
Me apunté al tour y lo leí de todas maneras con la mente más abierta posible y
sin dejarme influenciar por los comentarios, me gusta hacerme un criterio
propio y muchas veces mis opiniones difieren mucho de la mayoría.
Debo
decir que el libro me pareció entretenido, pero se queda solo en eso. Toca
temas muy fuertes como el abuso sexual y no estoy de acuerdo en absoluto en la
forma en que la autora trató el tema, además de otras cuestiones completamente
diferentes a este tema que no me terminaron de convencer. No quiero
descalificar a la autora, pero es mi deber ser sincera y especificar el porqué
de cada una de mis críticas, para que no se lo tomen como algo personal o una
reseña negativa gratuita sin justificación de por medio.
Este libro fue como una montaña
rusa, empezó de una forma abrupta y confusa con un dramón alucinante que me
pareció inverosímil y bastante absurdo (explicaré con detalle esto más bajo,
con advertencia de Spoiler), pasados este terrible inicio, el libro fue
mejorando, tomó un mejor ritmo sin cosas
tan exageradas, ambientaciones bien realizadas y una trama muy amena y
original. Rescato y valorizo mucho este punto, la originalidad y la
explicación convincente para que Ann viajara a la España de 1700.
La narración de la autora es
sencilla, sin un lenguaje muy rico, pero con frases entendibles que hacen la
lectura sencilla; eso sí, hay un gran cantidad de errores de ortografía y lo
que me llamó la atención es que hay partes en que una página está llena de
errores y la siguiente no, luego se intercalan, como si solo hubiesen corregido
las páginas pares o algo así. Creo que
tanto la autora como la editorial se apresuraron en sacar este libro y no lo
revisaron con cuidado.
Otra cosa que me llamó la
atención fue que en el principio del libro tanto Estefano como el resto de
personajes, hablan con una acento español muy marcado, no tengo idea de cómo
hablaba la gente de España de esa época, pero de un momento para el otro, el
acento marcado y formal desaparece y Estefano empieza a hablar como lo haría
cualquier amigo mío, eso me sacó totalmente de contexto, como si la autora se hubiera
aburrido de la forma de hablar de los personajes y nos hubiera dejado una
pequeña muestra de su acento para luego obviarlo.
En cuanto a los personajes. Ninguno
me terminó de gustar. Aprecio y me
parece excelente que algunos secundarios no hayan estado de adorno si no que
hayan tenido su relevancia, pero los protagonistas tienen un actuar muy errático.
Primero está Ann, que tras sufrir una cantidad IMPRESIONANTE de desgracias, las
supera con una facilidad asombrosa o algunas se las olvida (como el pasar 3
días sin agua ni alimento, que es una
experiencia traumática para cualquiera, de pronto, ¡puf! Pasa a ser una de las tantas
cosas que le pasaron), y estoy hablando de situaciones que en la vida real se
superarían con años de terapia. Vale, sé que el libro es ficción, pero esta
ficción debe ser creíble y yo no me la creí. Ann por momentos habla de ser muy
feminista y muy mujer del siglo XXI, pero no se comporta como tal, aquí como en
todos los libros vale el “Show, don’t tell”, es decir el “Muéstrame, no lo
digas”, no me basta con que Ann nos repita hasta el cansancio lo súper
feminista e independiente que es, sino que lo demuestre, porque es algo que
repite constantemente, el tema de los derechos de las mujeres en su época y situaciones
por el estilo, pero en muchas circunstancias, no se comporta como una joven de
nuestro siglo, sino que se deja manipular por el resto de personajes, permitiéndoles
conductas machistas, de las cuales se queja, pero termina cediendo.
Por otro lado tenemos a Estefano,
hijo de los reyes de España, un príncipe de 1700 que se comporta como cualquier protagonista chulo de un libro de romance
actual. Fue el personaje que menos verosímil se me hizo, se comportaba más
como un niñato caprichoso que como un verdadero miembro de la realeza.
Esta subida en la trama que hubo
a medio libro fue decayendo de nuevo con el final. No es que el final en sí no
me haya gustado, sino que hay una incoherencia grande entre como empieza la
obra y como termina. Es decir, este culebrón alucinante con situaciones muy
fuertes, acaba como cualquier otra novela rosa en la que no se tratan temas tan
serios.
Ahora con advertencia de Spoiler, voy a
desarrollar dos aspectos que a mi
parecer son importantes para justificar por qué el libro no me gustó y por qué
no estoy de acuerdo en cómo se trataron ciertos temas.
Empezamos con el inicio del libro
y es que me da la impresión de que Ann no cayó en España de 1700 sino en el
infierno de Dante Alighieri. Al principio encontramos a Ann que cae en un
bosque totalmente desorientada y está a punto de ser atropellada por una
carroza, de la cual sale una mujer que reclama a su cochero el no hable pasado por
encima a la chica; claro, la gente de 1700 se la pasaba atropellando gente con
los carruajes como si nada, sin miedo a voltearse, ni el más mínimo sentido
común. Luego esta mujer sube a Ann a la fuerza al carruaje, y esta adolescente
del siglo XXI (por cierto, nota para a la autora, los siglos se anotan en números
romanos o en su defecto se escriben), se
deja secuestrar por una señora de edad
media sin luchar, sin poner resistencia ni nada; así de sencillo parece ser
que te secuestre una señora del 1700. Por si fuera poco, resulta que esta mujer
es una madame de un burdel y decide
prostituir a la chica que se acaba de encontrar; y ahí no acaba la cosa, a
su burdel llega nada más ni nada menos que el príncipe de España (será que no me
creo que un miembro de la realeza se vaya a un burdel cualquiera de la zona), y
esta mujer dueña del burdel, en lugar de
ofrecerle su mejor prostituta, como era lo lógico, le ofrece a la chica que
literalmente acaba de recoger del bosque (¡¿Qué?!).
Estefano, quien nunca recibe un
no por respuesta, pese a las súplicas de Ann, la viola, pero el libro nos quiere mostrar a Estefano como un
violador misericordioso porque no golpea a Ann (supongo que ella debería agradecérselo),
y después de sus acto ruin en el que ni se inmuta por el sufrimiento de la
chica, decide que ella será su prostituta exclusiva y no quiere que nadie la
toque (cosa que sí me parece creíble entre todo el absurdo) y que la puerta de la
habitación no se abra.
Es aquí donde sucede lo que a mi
parecer es lo más absurdo del libro: ¡La
dueña del lugar encierra a Ann sin comida ni agua! No sé si era retrasada o
se tomó muy al pie de la letra las órdenes, pero imagino que si el príncipe de España
quiere tener sexo nuevamente son su prostituta, la va a querer viva. Vale… la puertas no se abre y ella está
prisionera en la habitación, como sucede en la actualidad con el tráfico de
personas, pero ¿Dejarla sin comida y agua? Es que no me cabe en la cabeza
tamaña absurdez.
Ann está tres días encerrada,
sufriendo una tortura hasta que el burdel se incendia y esta chica que estuvo tres días sin agua ni alimento,
oportunamente logra escapar durante el incendio, para caer nuevamente en garras
de Estefano, quien luego la embriaga y la viola de nuevo.
Luego viene otra situación más
fuerte y es que Ann es violada por
tercera vez por otro sujeto: Ricardo, y es aquí donde Ann recién actúa como
una verdadera víctima de violación porque Ricardo a diferencia de Estefano es
violento con ella y la lastima… me dio
la impresión de que esta segunda y dura violación sirvió de justificativo para
la redención de Estefao y el perdón de Ann, olvidándose que una violación
es una violación, haya o no golpes de por
medio y sin mencionar que embriagar a una mujer para tener relaciones sexuales,
también es violación, pero la súper feminista Ann, no toma este segundo abuso
como tal.
Eso me lleva al siguiente punto y
es como se trató en el libro el abuso sexual y el “Síndrome de Estocolmo”.
El libro tiene la advertencia de “Violencia sexual y síndrome de Estocolmo”,
pero sinceramente, la autora debe investigar más sobre este síndrome porque en
este libro no se trata de la manera correcta, me pareció que escribió el libro
en el que hay un conflicto entre los protagonistas (como en todos los romances
de amor-odio), en te caso una violación, que se resuelve y se convierte en amor
verdadero, pero como no era una situación realista ni moralmente correcta, buscó como justificarla y con ponerle “síndrome
de Estocolmo” en la advertencia del libro, dio el asunto por solucionado.
Es decir, esto es una excusa mal informada e injustificable para tratar un
tema. No es cuestión de escribir cualquier cosa, poner como advertencia que el
lector va a encontrar cualquier cosa y lavarse las manos, esperando que los lectores o nos traguemos lo que leemos, o nos
abstengamos de leer.
En un libro siendo que es ficción
podemos tomar ciertos asuntos a la ligera, satirizarlos, banalizarlos o exagéralos
en pos de adecuarlos a la trama, pero
hay temas y hay temas, y muchos no pueden ser tomados a la ligera. Una
violación es un asunto serio, peor si hablamos de 3 y por dos sujetos
diferentes en tan poco tiempo, esto en la vida real toma años y años de
terapia.
Que un violador se puede redimir
como lo hace Estefano: por supuesto, que una mujer puede perdonar a su
violador: por supuesto, que una mujer puede enamorarse de su victimario y vivir
felices para siempre: NO. Decir esto
es banalizar la situación, poner romanticismo en un asunto en el que no hay, ni
habrá romanticismo nunca y el síndrome de Estocolmo no es justificativo.
Este “síndrome” para que se entienda,
sucede cuando una víctima crea simpatía por su victimario, se da sobre todo en
secuestros y cuando la víctima ve recurrentemente a su agresor. Se trata de una barrera psicológica que ayuda a sobre
llevar la situación mentalmente fuerte que se vive. En muchos casos las
mujeres creen enamorarse de su secuestrador o violador, o incluso de una pareja
violenta que las maltrata psicológica y físicamente. Pero este “enamoramiento” NO ES REAL, una mujer no se enamora de su
violador, nunca, puede CREER que está enamorada, pero este sentimiento se va
desvaneciendo con el tiempo, luego puede convertirse en perdón, no en una relación amorosa real como el
libro nos quiere hacer creer. Acá que está tratando el tema de síndrome de Estocolmo
como: amor surgido entre una víctima y su victimario. Y no, no es un amor que
surge de esta manera, es simplemente una barrera psicología que surge por esta
situación, una trampa de la mente que crea una ilusión.
Al principio del libro cuando Ann
busca protección en Estefano por las situaciones vividas, son si bien no verosímiles
del todo, justificables, pero el que Ann haya ido perdonando y enamorándose de Estefano
mientras él se redimía porque se va dando cuenta que violar hace daño a la
persona (sí, es medio retrasado el pibe), no es factible, ni creíble y es banal,
incluso insultante para las mujeres que han vivido una situación como esta.
A criterio muy personal. Si en el libro Estefano no hubiera violado
a Ann, simplemente se le hubiera llevado como sirvienta o lo que fuera (cosa
que un príncipe imagino sí haría) y Ann hubiese buscado su protección tras la
violación de Ricardo y de esta protección haya ido surgiendo un sentimiento
real, eso sí que me lo creía y el
libro me hubiera gustado bastante.
En conclusión: No quiero desestimar
a la autora, desestimo el libro que creo es el primero que escribe o publica, y
con los primeros libros siempre se pueden cometer errores. Creo que Andrea es
una buena escritora que en un futuro nos puede presentar mejores obras. Este en
concreto está correctamente escrito y
tiene muchos elementos que me encantaron, lastimosamente los elementos
negativos son de mucho peso para haberle dado una opinión tan negativa.
Narración: ✪✪✪
Ortografía: ✪✪✪
Argumento: ✪✪
Desarrollo de la trama: ✪
Personajes: ✪✪
Entretenimiento: ✪✪✪